domingo, 29 de enero de 2012

OjOs De CoNeJo

Se levanto esa mañana -otra vez- con ojos de conejo. Y a maquillarse de nuevo con quitaojeras la tristeza de la noche anterior. Quitangustias, tapapenas. Después se aturdió con la corrida propia de todas las mañanas.  Ese día, al fin de cuentas, volvería a ser como cualquier otro, lo sintió. Bueno, como cualquier otro anterior a Él. 


Pero cuando se sentó en su escritorio en el trabajo, eso seguía allí, ese revoloteo de pájaros en el pecho… ese estruje de papel que se quema, no había cedido. Fijó la vista casi sin poder controlarlo en el monitor, mirando sin ver.Se veía, en cambio, a sí misma como a una nena parada en medio de la calle, los autos pasándole, rozándole casi por delante y por detrás y ella allí inmóvil, sin poder reaccionar, sin poder mover las piernas y cruzar la calle para alcanzar la vereda opuesta (o retroceder y volverse). 

Se acordó de pronto de algo, en un salto de pensamiento como una asociación psicoanalítica: “pastillas para no soñar”… ¿dónde las venden?¿ dónde se compran?.
-‘En un rato tenemos reunión’.
-‘Que?’-dijo ella. 
 
Y el logo de Google apareció ante sus ojos.

lunes, 23 de enero de 2012

MuTaNtE  (InFlUeNcIaS literarias)

Siempre estoy en proceso de transformación, cambiando,  siendo otra  y a la vez siendo cada vez más yo misma. Acercándome a mi núcleo.

 
Hace tiempo dejé de ser la que creía que era. Ésa no era yo, o era yo en estado preevolutivo, crisálida. 

 
Cambiar, entrar en crisis me acercó a mi centro, primero no fui durante mucho tiempo: horror ante las versiones de mi misma que no eran el yo conocido, un yo que me era extraño y ajeno y que tampoco terminaba de cuajar –o lo hacía de manera desesperadamente lenta-en un yo con forma…horror entonces ante un yo que no era yo.
Durante un tiempo no fui, me perdí, no me encontraba, puro sinsentido para ser después y “durante esas horas de perdición tuve el valor de no componer ni organizar”  aunque buscara desesperadamente  encajar, armarme o rearmarme, me decía ‘yo no soy esta, no puedo ser esto que veo ahora, nunca lo fui’, pero ésa se apoderaba cada vez mas de mis actos, de mi pensamiento y de mi ser.

 
Cuando fui, finalmente, cuando ese yo extraño se me volvió familiar, fui tan yo misma  que ya no pude volver atrás. Ni quise.

 
Ni quiero.

domingo, 15 de enero de 2012


CrÓnIcA  tErMiNaL


Entro y me siento en la última mesa, al fondo. Tengo que hacer tiempo hasta que salga el colectivo. Me pido una gaseosa y un tostado. Nada original. Me siento y hago mirada panorámica. No levanto más la vista porque hay un gordo que me mira con cara de playboy. Pero como suele pasar, cada vez que miro me choco con la mirada libidinosa del gordo (que me juego que debe pensar que una mujer sola, en la mesa de un café es ciento por cien abordable). Tengo que ser sincera: exactamente una mesa atrás del gordo soy yo la que  miro a un flaco solo que me parece –eso si, si me animara claro- cien por ciento abordable. Entonces, una vez más todo depende de cómo se mire la cosa, ¿no?.


El gordo y otro morocho de musculosa rojo furioso, pasado de bronceado  toman cerveza. Me queda poco más de una hora ¿y si me pido yo también  una y me emborracho un poquito, así como un alegrón que me adormezca y en una de esas duermo las diez horas a La Plata de un tirón? (el masculino abordable se levanta y se va). No, no va a funcionar. 




En frente mío (no los había visto) la ‘parejita feliz’ que usted señor, señora puede encontrar en cualquier lugar, a donde vaya. Ella, lo mira –no, no lo mira, lo contempla-  como si el que le hablara fuera el mismísimo Dalai Lama, Jesús o Buda que le está enseñando la Verdad Revelada. Pero Mmmm, que lindo ese tonito cordobés...creo que al final yo pondría la misma cara de foto de Primera Comunión.
Me liquido el tostado y el resto de gaseosa.

Go home.

domingo, 8 de enero de 2012


SeÑoRa  SeRiA


Me enferman. Cada vez me enferman más por lo increíble que me resultan. Sobre todo si son jóvenes, mediana edad, digamos. Porque yo la puedo entender en mi mamá o en una ‘señora bien casada’ de la década del cincuenta. Incluso, mira lo que te digo, en  mis tías; puedo entender a mis tias. Pero ¿en ellas? no. Definitivamente no me entra en la cabeza que alguien pueda decir sin el menor reparo: “me olvidé de ser la señora seria”, más un “jaja”.Más todas las demás señoras serias festejándole lo picara, lo osada que fue. Vergüenza ajena. Por favor!! Esa señora nació a destiempo, como seis siglos más tarde!!! le hubiera venido bárbaro nacer en la edad Media donde los carnavales eran una vez al año y bueno, ya se sabe, la gente aprovechaba para dar vuelta el mundo cotidiano, ponerlo al revés. Si eran señoritas de ‘vida ligera’ se vestían como la mismísima reina y si eran de la nobleza se vestía con ‘ropas ligeras’ y dale que va.

Yo me pregunto dónde meterá todos los días la señora seria a la otra, a la loca que tiene adentro y se le sale del cuerpo en los días de carnaval

martes, 3 de enero de 2012




AuToBioGráFica
Tanto que maldije el dos mil once para finalmente encontrarme sintiendo que todo aquello que me hizo mal, me hizo bien. Año intenso: la lista encierra desde una mudanza arrancando el año hasta un nacimiento, el de mi tercera ahijada, en  diciembre. Dicen que mudarse es tan estresante como divorciarse o pasar por una muerte, que uno tiene la sensación de duelo. Doy fe. Pero además a mitad de año se ‘murió’ mi terapeuta, claro no literalmente, pero si para mi, otro duelo, del que me vine a enterar después. Todo esto enhebrado por una serie de amores, encuentros o como quiera llamársele que fueron a morir ahí nomás, ni bien estrenados. Seguidilla de ojos rojos con ojeras para ir al trabajo, junto con momentos de intensa alegría y plenitud: conocí personas extraordinarias que se incorporaron a  mi vida para siempre y que fueron esas perlitas que en este momento me hacen sentir que todo, aun el padecimiento, valió la pena. La pasión es una emoción que me guía. También lo confirme.  Aprendí muchísimo de todo esto. Pude distanciarme y verme. Que el que no hace, no ama, no arriesga, no se apasiona, no discute, no se enfrenta, no se rie, no se involucra:  no está vivo. Que entonces estoy feliz con mi vida, con sus muertes y nacimientos con los dolores y las pasiones. Me siento viva. Ojalá que el año que está llegando  - ya, ya tengo que dejar de escribir  e irme a la cena – redoble la apuesta.
 Amén.