eStReNo AlEgRía
De repente estoy
frente al espejo del baño, me miro, me sonrío, me digo que no está tan mal. Me
perdono. Me encojo de hombros y salgo. Tarareo
una canción mientras pongo el agua a calentar. Me suelto el pelo. Sigo
sonriendo (me). Voy a la habitación. Siento la frescura del mosaico en la
planta del pie. Alterno: dedo gordo /talón para conectar. De pasada miro de reojo por el espejo del
pasillo. Me veo pasar. Voy al placard, saco ese vestido de un año atrás y me lo
pongo. Toco la tela suave donde mis dedos resbalan. Lo huelo (maldita costumbre
de olerlo todo). Memiropordentro. Me
calzo los zapatos altos. Hago un poco de equilibrio. Con un pañuelo de flores
improviso una vincha. Me siento de piernas cruzadas y me tomo el primer mate
del día.
Recuperar la alegría
y llevarla como bandera, estirarla todo lo que se pueda, para que no se arrugue ni se encoja. Que no se deshilache. Cuidarla como a un
fueguito entre las manos, como arena siempre
a punto de escabullirse entre los dedos. Una alegría recién conquistada, recién
estrenada.