martes, 28 de octubre de 2014

pEsAdA LiViAnDaD




 Hoy la puerta pesa más de lo normal, los escalones, más altos y separados, el viento difícil de sobrellevar y el aire, con olor a basura que alguien quema a lo lejos, más irrespirable. Y mi cuerpo sin embargo liviano, pluma sin norte, obedece como un autómata a los rituales cotidianos.Paro en el quiosco, mientras espero veo a un nene esperando a la hermana o la mamá -quién sabe- con una parada de adulto que me da mucha pena, que termina de abrir, en mi interior, el abismo. Siempre puede haber un másabajo. Y ahí me quedo instalada, en ese másabajo, de liviana pesadez, de atmósfera irrespirable, de herrumbe, de pena chiquita con cara de nene pero tremenda y profunda, abismal. Durante el día, de a ratos, intento subir, miro desde abajo, huelo un poco, me esfuerzo pero no hay caso, tropiezo.