sábado, 22 de febrero de 2014

EtErNo  UmBrAl

cuando voy a huir/ de este pensamiento/me vuelvo a quedar
corazón y Hueso
y me entrego otra vez...”
Daniel Melingo

Me  he despedido de todas las formas posibles. He  hecho y rehecho tantas veces la historia en mi cabeza. Las conversaciones, los gestos, las risas, las muecas, los guiños, las despedidas, los reencuentros. Te he matado  en tantas ocasiones que no hacía más que confirmar la  vitalidad de lo que creía estar matando. No intenta uno matar lo que ya está muerto. Ya no me pesás vos. Me pesan las ganas, los deseos incumplidos, las ilusiones… pisoteadas, desperdiciadas. Esa que tomaste entre tus manos por un momento para luego hacerla a un lado como quien aparta el plato de comida del cual ya no seguirá comiendo. La hiciste un ovillito –a mi ilusión – y la depositaste en mi mano.No.Tampoco eso, no tuviste tanto cuidado. Yo me hice la distraída ( lo asumo, qué otra cosa podía hacer?). Pero te vi. Claro que te vi. Te vi juntarla y entregármela. Devolviéndome mi amor en ese gesto. Hueco, ovillo.  Hice un montoncito, un engrudo de...de tantas  cosas con todas mis ilusiones y lo sostuve cuanto pude, protegiéndolo. Hasta de vos mismo. Y sobre todo de vos. De tu afán destructor. De tu manera perversa de burlar mi amor. Ahora la nostalgia es el lugar que visto más seguido. 
Llego,  despliego una manta de  recuerdos, me siento, apoyo allí el montoncito,  desenredo el ovillo y lo miro todo con minuciosidad. Hasta que me canso. Hasta que me  duelen los ojos de mirar. Hora de irse. Hora de improvisar otra despedida.

viernes, 14 de febrero de 2014

Yo SoY sUsHi y Vos sOs puchero

Cuento los días desde el último whatsapp. Lo charlo con mi amigo, le consulto, lo hostigo, le digo: “che boludo,  ni da mandar mensaje hoy, no? si quiere que mande él”.  Mi amigo: “Si, más vale-me dice Rodrigo-, dejá pasar unos días”. Corto con mi amigo. Paso de una ventanita a la otra y le mando whatsapp. Le pongo “Eyyy como va!”, me hago la canchera, la espontánea. Pésima porque estoy sufriendo. Espero un tiempo prudencial (unos cinco minutos). Miro la ventanita. Nada. Tengo taquicardia. Dejo pasar un rato me hago la que puedo hacer cosas despreocupadamente. Voy a la cocina, pongo la pava eléctrica, no espero ni que salte el timer que ya estoy de nuevo con el celular en la mano. Norberto contesssstá. Norberto no me dejes aseeeee. Contestáme algo, al menos mandáme a la mierda que es más digno que el “visto”. Le escribo a mi amigo: “Rodri la caguéeee.Le mandé mensajeeee”. Rodri tampoco me contesta.Le charlo por whatsapp a Rodri.Le hago un monólogo. Redoblo la apuesta con Norberto: tiro  tres líneas, tres enviar contra ninguno de él. Me enrosco en explicarle el por qué del primer whatsapp. Dejo el celu en la mesita de luz sintiéndome la peor. Lo agarro al minuto y releo mis mensajes. Me quiero matar. mequieromatar, mequieromatar.Pero antes de esto me acuerdo de los bombones que mi hermana me trajo de Brasil.Me clavo dos sin medir las consecuencias, como con los mensajes, clavo 1, 2, 3 sin medir las consecuencias.  Ultima vez en línea a las..” Mierda no lo vio! Vuelvo a mirar. Con tanta mala leche que el whatsapp le cae a las 00.002, fuck! Ya es 14 ¡ voy a quedar como una tarada, como una desesperada(me acuerdo del tema de Marta Sánchez,: “soy una mujer normal, una rosa blanca de metal”) que busca novio, que quiere su San Valentín a toda costa (¿?)
Me autoreto, me digo buenobasta, rescatáte un poco. Me acuerdo de mi psicóloga que me dice que si no me cuido yo no me va  a cuidar nadie. (en serio??). Agarro un libro, leo como mínimo tres veces la misma parte, le cambio el nombre al personaje, le pongo tu nombre Norberto, contestáme Norberto, hace 5 min estuviste “en línea”. Largo el libro, voy al baño y me reviento un grano, vuelvo y chequeo: “Norberto está  en línea”. Ya pasó hora y media. Pico de ira, engrano, me agarra un ataque de orgullo, me envalentono mal: pero quién te creés que sos Norberto , yos soy caviar para vos Norberto, soy sushi y vos sos puchero entendés Norberto ? Sufro, sufro mucho Norberto, no me hagas esto, si no vas a contestarme no contestés nunca más pero no me vengas mañana con que.. .uy! titila el celu, miro el globito verde, abro: “holaaaa lindaaaa. Recién salgo de trabajar, todo bieeeeeen” Todo con mucha “a” y mucha “e”. Andáte a la puta que te parió Norberto. Andáte a cagar vos y las a y las e y todas las vocales Norberto. ¿Vos pensás que voy a estar pendiente de vos toda la vida? Eh eh?.
 “Ehh holaaa todobientodotranquilo. Yo nada acá, leyendoun poco”.


miércoles, 12 de febrero de 2014

eSpEjIsMo


Dicen que nunca es aconsejable volver. ¿Cómo pudiste recordar que siempre necesito algo que me pese en los pies para dormir? Apoyaste el peso de esa manta, de esos años, del pasado, de nuestra historia. Toda la nostalgia en ese gesto. Dos locos solos creyéndose  la escena del reencuentro. Dos soledades juntas no se alivian. Y siempre, siempre, cuesta un poco el vacío después de haber enfrentado el espejismo.

martes, 11 de febrero de 2014

DeSdE mI vEnTaNa

Por un pedacito de ventana veo una geometría de óxido y chapa. Triángulos, formas romboidales, rectangulares se mezclan y yuxtaponen. Chaperío ondulado  y susurrante. Recién paró  de llover. Marrones gastados, franjas de grises, verdes mohosos se alternan en una paleta de nostalgia. Más allá un rectángulo se recorta en una pared salpicada no alcanzo a ver de qué. Cinco ventanitas perfectamente cuadradas embutidas en una construcción vieja le dan el toque pintoresco a este amasijo de chapa y cemento. Una de las ventanitas es verde. Verde esperanza. No es un verde vidrio, parece papel grueso o nylon. Verde al fin. La ventanita de papel verde, en medio de esa confusión  abre una pequeña grieta a mi nostalgia.

miércoles, 5 de febrero de 2014

uNa MoScA sIeMpRe Es UnA mOsCa

Y sé muy bien que no estarás (…)/No estarás para nada/no serás ni recuerdo
Y cuando piense en ti /pensaré un pensamiento
Que oscuramente/trata de acordarse de ti
J. Cortázar

En el silencio de esta tarde se dibuja desprolija, otra vez, tu imagen. Tela mal cortada, contra el vidrio, tu cara  aparece como una figura de encaje. Empiezo a esforzarme si quiero recordar cómo eras. Dicen que en algún momento del olvido los rostros se nos escapan y la evocación no es más que una grotesca caricatura de aquello que tuvimos cerca alguna vez. Figurita con brillantina, ahora estampita deslucida. No es que esté en mis planes recordarte, simplemente te aparecés entre la nada  de estos días, sin pedir permiso. Sacudo tu imagen  como me sacaría de encima una mosca. Y listo.
(Y listo?)