sábado, 30 de noviembre de 2013

(DeS) aMoR


Desengañado / decepcionado
Desfigurado /desangrado
Derrochado /desperdiciado
Deshojado/desarmado
Derruído / destruido             
Desarticulado /dolorido
Desperdiciado/desanimado
Derrotado /dañado
Desmantelado  …
Pero sin embargo el corazón no se  
                                a    l     e   j    a
DeSeO




Flor de panadero.Pido un deseo. Que desaparezca  la tenaza de mi pecho, que  se aquiete ese batir de alas de pájaros enloquecidos en mi garganta (empiezo a sospechar que hicieronnidoahí). Que el estrujamiento de hoja secas se silencie. No oír ese pájaro que empieza a cantar cuando todavía  es noche cerrada y me da tanta tristeza. Cierro los ojos y  deseo. Soltar la pena, liberarla, abrir el pecho de una vez por todas, huir (¿ a dónde’). Fugar, evaporarme, diluirme, astillarme hasta  fundirme entre las partículas de polvo que entran con el sol por las hendijas de la persiana… Y volar. Liviana, dejarme llevar como una flor de panadero por el viento. 

martes, 26 de noviembre de 2013

Al VacÍO

Se puede decir que estoy aprendiendo a  amortiguar el  golpe, a ofrecer resistencia. Como el boxeador entrenado, calculo la mano, adivino la fuerza y  la dirección. Sé, y casi nunca me equivoco de dónde va a venir –esta vez- el golpe, en qué costado de mi cara va a terminar. Entonces, calculo, agazapada y esquivo la piña. Una, dos, tres veces. Una más. Resisto. Ya casi nomeda. Apenas me roza. Siento la brisa del roce. Del golpe fallido. Mi contrincante tira piñas al aire. Lo miro desde mi (in) estable parada y me sonrío, apenas con pena: parece un muñeco forzudo, como esos que vienen con las golosinas, venido a menos. Un musculoso desinflado. Pinchado. Pero que se esfuerza por seguir siendo. Ya casi no lo espero. Me relajo contra las cuerdas. Increíblemente. Si viene, me defiendo, pero no ataco. Creo que al final, estoy ganando. Último round. Me retiro, extenuada, lastimada. Me retiro con la incómoda sensación de tener que atajar los golpes de un contrincante que en algún tiempo estuvo del lado de mis cuerdas.


viernes, 15 de noviembre de 2013

pEsAdA LiViAnDaD




Hoy la puerta pesa más de lo normal, los escalones, más altos y separados, el viento difícil de sobrellevar y el aire, con olor a basura que alguien quema a lo lejos, más irrespirable. Y mi cuerpo sin embargo liviano, pluma sin norte, obedece como un autómata a los rituales cotidianos.Paro en el quiosco, mientras espero veo a un nene esperando a la hermana o la mamá -quién sabe- con una parada de adulto que me da mucha pena, que termina de abrir, en mi interior, el abismo. Siempre puede haber un másabajo. Y ahí me quedo instalada, en ese másabajo, de liviana pesadez, de atmósfera irrespirable, de herrumbe, de pena chiquita con cara de nene pero tremenda y profunda, abismal. Durante el día, de a ratos, intento subir, miro desde abajo, huelo un poco, me esfuerzo pero no hay caso, tropiezo.





viernes, 1 de noviembre de 2013


pErRo(s) CaLlEjErO(s)

¿Y qué son las personas, al menos esas que pasan  fugazmente  por nuestra vida, sino impresiones? Él era esa noche como un perro callejero. Pero no, no exactamente, no definidamente: él era un perro callejero en sus ojos, mojado por la lluvia, cansado de vagabundear…si hasta olía a pelo de perro mojado, húmedo y apelmazado de tanto andar. La serpentina de su risa y de su charla, de su gestos y su manera de moverse no podían ocultar ese cansancio de mucho tiempo, de quién sabe cuándo…
Lo miro y, en esa media sonrisa que nos hacemos antes de despedirnos,  me doy cuenta: es un perro callejero mojado por la lluvia tratando de disimular. ¿O ese perro era yo en su mirada, pupilas-espejo de mi cansancio, de mi hastío, de mi tristeza añeja?