domingo, 15 de enero de 2012


CrÓnIcA  tErMiNaL


Entro y me siento en la última mesa, al fondo. Tengo que hacer tiempo hasta que salga el colectivo. Me pido una gaseosa y un tostado. Nada original. Me siento y hago mirada panorámica. No levanto más la vista porque hay un gordo que me mira con cara de playboy. Pero como suele pasar, cada vez que miro me choco con la mirada libidinosa del gordo (que me juego que debe pensar que una mujer sola, en la mesa de un café es ciento por cien abordable). Tengo que ser sincera: exactamente una mesa atrás del gordo soy yo la que  miro a un flaco solo que me parece –eso si, si me animara claro- cien por ciento abordable. Entonces, una vez más todo depende de cómo se mire la cosa, ¿no?.


El gordo y otro morocho de musculosa rojo furioso, pasado de bronceado  toman cerveza. Me queda poco más de una hora ¿y si me pido yo también  una y me emborracho un poquito, así como un alegrón que me adormezca y en una de esas duermo las diez horas a La Plata de un tirón? (el masculino abordable se levanta y se va). No, no va a funcionar. 




En frente mío (no los había visto) la ‘parejita feliz’ que usted señor, señora puede encontrar en cualquier lugar, a donde vaya. Ella, lo mira –no, no lo mira, lo contempla-  como si el que le hablara fuera el mismísimo Dalai Lama, Jesús o Buda que le está enseñando la Verdad Revelada. Pero Mmmm, que lindo ese tonito cordobés...creo que al final yo pondría la misma cara de foto de Primera Comunión.
Me liquido el tostado y el resto de gaseosa.

Go home.

No hay comentarios:

Publicar un comentario