domingo, 4 de diciembre de 2011




El macho proveedor o Simone de Beauvoir



“Deja de leer a Simone de Beauvoir que el machismo no está tan mal”, inmediatamente  resonó esta frase en mi cabeza que alguna vez me soltó mi amiga. Mmmm, mis convicciones tambalearon y hasta me dio un poquito (o bastante) bronca. Era evidente que no a todas nos daba orgullo la independencia de género, la soberanía económica,  y  la mar en coche. Mientras esperaba para pagar lo mío  -unas ahora  insignificantes pulseras de acrílico “ divinnnnas, muy veraniegas”, según la vendedora- pensaba que lo más difícil, creo,  sería poner en el mismo momento en que el macho proveedor (de traje y corbata, recién salido de la oficina) gatilla con la tarjetita unos setecientos roca por un lado y otros tantos in situ, en mano,  por otro, esa cara de otaria...mientras pienso esto mirándo a la destinataria con instinto asesino, caigo: mil cuatrocientos pesos??? Chan!  Está, tanto el vestidito de lentejuelas y los típicos zapatos de plataforma con brillitos, muy chic, me parecieron horribles y aunque estuviéramos en un renombrado local, el conjunto daba vedetonga (hum..sangro por la herida..?) pero seguían siendo mil cuatrocientos pesos!!!! A pagar por otro, desde mi mirada femenina: Llevarse tamañas prendas por N-A-D-A..!!! No, yo debo estar mal en serio, mi amiga tiene razón, menos Segundo sexo y …voy practicando cómo poner  cara de otaria  mientras digo desde el probador “ los zapatos también los llevo, estás seguro gordi?” .
  Esta semana prometo que lo voy a pensar. Que lo del macho proveedor quizás no esté tan mal.


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