domingo, 1 de septiembre de 2013

CoMo PoR Un CaLeIdOscoPio

Cierro los ojos y como si mirara por un caleidoscopio veo imágenes recortadas. Algunas  me asombran con una expresión parecida  a la de un niño que ve remontar un barrilete por primera vez. Otras me hacen sonreír con una nostalgia venida no sé de dónde. A otras, a otras no las entiendo, casi tengo que esforzarme por descifrarlas. Giro y giro el tubo entre mi dedos y los vidriecitos caen pero de pronto no arman nada, nada legible, nada disfrutable. A la derecha, a la izquierda. Vidriecitos oscuros, azules y negros… no transmiten alegría. Lo que veo sigue sin gustarme. Cada vez más vidrios oscuros, más noentiendonada. No veo el barrilete. Lo dejo. Dejo el caleidoscopio. Abro los ojos  y como después de mirar mucho al sol veo manchas tornasoladas. Tengo paciencia. Soporto esa primera incomodidad (un poco eterna). En un tiempo breve, de segundos, todo se desvanece. Y ahora sí entonces no miro como por un caleidoscopio ni con los ojos chiquitos por el sol. Ahora miro, y veo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario