CoMo PoR Un CaLeIdOscoPio
Cierro los ojos y como si mirara
por un caleidoscopio veo imágenes recortadas. Algunas me asombran con una expresión parecida a la de un niño que ve remontar un barrilete
por primera vez. Otras me hacen sonreír con una nostalgia venida no sé de dónde.
A otras, a otras no las entiendo, casi tengo que esforzarme por descifrarlas.
Giro y giro el tubo entre mi dedos y los vidriecitos caen pero de pronto no
arman nada, nada legible, nada disfrutable. A la derecha, a la izquierda. Vidriecitos
oscuros, azules y negros… no transmiten alegría. Lo que veo sigue sin gustarme.
Cada vez más vidrios oscuros, más noentiendonada.
No veo el barrilete. Lo dejo. Dejo el caleidoscopio. Abro los ojos y como después de mirar mucho al sol veo manchas
tornasoladas. Tengo paciencia. Soporto esa primera incomodidad (un poco
eterna). En un tiempo breve, de segundos, todo se desvanece. Y ahora sí
entonces no miro como por un caleidoscopio ni con los ojos chiquitos por el
sol. Ahora miro, y veo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario