domingo, 26 de febrero de 2012

BoLeRo

Mi tía, que ahora odia a los hombres dice que sí, que es verdad lo que dice ese bolero, que “Una vez, nada más se entrega el alma”. Ella que ahora para todos es terrible y dice que los hombres no sirven para nada,  que para que los querés también tiene como cualquier mujer de esa época una historia de amor de zaguán  y promesas incumplidas. Terminó casándose con el negro porque el que realmente (le) importaba, se fue y la dejó esperando sin mediar explicación (se fue con la otra piba, la de la otra cuadra, que también iba al baile con nosotras).



Mi tía, la que odia a los hombres también tuvo un pasado de bailes esperados durante toda una semana o un mes. De vestidos estrenados (‘ah vos tenias que vernos, cada baile un vestido nuevo’). De bailes de carnaval. De besos apurados al final de la última pieza de la noche y un “nos vemos el otro sábado?”. A ella, que ahora a los hombres no los puede ni ver, se le dibuja una sonrisa cuando se pone pensativa y se acuerda de la época de los bailes… con la mirada más allá como buscando en el tiempo y repitiendo, que es cierto que “solamente una vez  amé en la vida, solamente una vez y nada más”. Y nada más.


2 comentarios:

  1. Claroo!! por suerte! siempre anhelé poder haber vivido en los 40' o 50'..sera por eso que me gustó tanto tanto tanto "Boquitas pintadas"?

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